Pero se han ido consolidando como uno de los objetivos principales de todo tratamiento, incluso la Asociación Psiquiátrica Americana plantea que la mejora de la calidad de vida es el objetivo final del tratamiento en psiquiatría, más importante que la mejora clínica del paciente.
Habría antes que definir lo que significa calidad de vida y por lo pronto decir, que no es lo mismo que nivel de vida. Este está relacionado directamente con el status socioeconómico de la persona, mientras que la calidad de vida está más relacionada con el nivel de satisfacción de la persona, por un lado y con el nivel de consecución de las condiciones mínimas y derechos por otra.
Inicialmente, en sanidad, la calidad de vida era definida por una serie de criterios standard que eran establecidos desde fuera del paciente (condiciones de vida, materiales y familiares, laborales y de ocio, etc.) y, en la calidad de vida ligada a la salud se consideraban las condiciones objetivas de salud y el impacto de éstas en su condición de vida.
Con el tiempo esta idea ha ido evolucionando y últimamente la medida de la calidad de vida es una combinación de factores objetivos pero poniendo énfasis en los factores subjetivos, en las vivencias de la persona.
Las últimas escalas que miden la calidad de vida tienen en cuenta la opinión del profesional, de la familia y las vivencias del paciente.
La medida de la calidad de vida no sólo sirve para valorar el impacto de la enfermedad en la persona sino que pasa a ser un objetivo a compartir con el paciente, en el que el paciente debe participar y determinar hacia dónde deben de ir los esfuerzos terapéuticos y rehabilitadores.