El abordaje de los trastornos de salud mental en el contexto de la atención primaria es fundamental, pues la atención primaria es la puerta de entrada de la gran mayoría de pacientes al sistema de salud. Se ha calculado que los centros de atención primaria atienden anualmente entre el 70-90% de su población y diferentes estudios indican que los trastornos mentales ocupan aproximadamente un 30% de los problemas de salud atendidos en atención primaria.
En la antigüedad las enfermedades mentales eran tratadas como un problema social, separado de cualquier problema de salud física, pero en años recientes se viene reconociendo el vínculo sumamente importante entre la buena salud mental y la buena salud general. De hecho, en 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definía “salud” como “un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de afecciones o enfermedades”. El médico de cabecera acompañará al paciente durante toda su vida y frecuentemente será el testigo principal de esa estrecha relación entre salud mental y salud general.
En su informe del año 2002, la OMS subraya que el envejecimiento de la población y el incremento de los factores de riesgo como el paro, la pobreza, las migraciones, la carencia de apoyo familiar y social, el aumento del abuso de sustancias, la soledad y la ruptura de redes sociales, son aspectos que iban a contribuir al incremento de los trastornos mentales en los próximas décadas. Por estos motivos, la OMS propone articular y desarrollar intervenciones y programas desde la atención primaria para aportar estructuras asistenciales que desde una vertiente multidisciplinaria den respuesta de manera integral a las necesidades de fomento, prevención y tratamiento de los problemas de salud mental.
La asistencia integral y multidisciplinar, la accesibilidad y el seguimiento longitudinal que se establece con el paciente, atribuye a la atención primaria el escenario perfecto, para atender a una población, a la cual no tiene acceso la atención especializada.
Las políticas gubernamentales abogan por una atención primaria que asuma cada vez más el tratamiento de pacientes con patologías psiquiátricas, fundamentalmente trastornos depresivos y ansiosos, y que puedan, a su vez, llevar a cabo una detección precoz de los trastornos mentales severos, como esquizofrenia y trastornos bipolares, pues se ha demostrado que la intervención temprana contribuye a una rápida recuperación del paciente, evita una evolución hacia una mayor gravedad y cronificación, favoreciendo una disminución del consumo de psicofármacos y de la automedicación, consiguiendo una mayor integración social del paciente.
En 1992, la Federación Mundial de la Salud Mental , en cooperación con la OMS , instituyeron el Día Mundial de la Salud Mental , a celebrar todos los 10 de Octubre, con la finalidad de promover la salud mental en la conciencia pública y aumentar la comprensión hacia los problemas de salud mental eliminando estigmas.
Este año, el Día Mundial de la Salud Mental 2009, con el lema “Salud mental en la atención primaria: mejorando los tratamientos y promoviendo la salud mental”, apuesta por consolidar la tendencia creciente referida con anterioridad, de integración de la salud mental en la atención primaria de salud. Es evidente, que para que todo ello funcione es necesaria esta conciencia pública, que va a precisar de la implicación de pacientes, familias, profesionales e instituciones públicas.
Dotar a los equipos de atención primaria de infraestructuras y recursos humanos suficientes, asegurando formación continuada y soporte por parte de los servicios especializados, y así mismo trabajar en estrecha colaboración con éstos, son las claves para rentabilizar mejor los recursos sanitarios y proporcionar una atención asistencial de más calidad al usuario.
Dra. M. Justo Simón
Centro de Salud Mental de Calella