Documental filmado casi todo en el asilo de Batley, Minas Gerais. La cámara penetra en todos los ambientes del hospital - salas de viejos, lisiados, niños, hombres y mujeres. Las secuencias están unidas por la imagen de un largo y oscuro pasillo del hospicio y el canto de un "loco".
Texto narrado en off, propone una reflexión sobre la función social de los solicitantes, de que sirven los hospitales psiquiátricos, de las personas enviadas allí, del proceso de "curación" y la recuperación que se presentaron. La película termina con testimonios de familiares de un paciente.