La inserción social y la lucha contra el estigma de la enfermedad mental son los dos puntos que tienen que centrar los esfuerzos para la "normalización" y la mejora de la calidad de vida de las personas con enfermedad mental.
Más allá de las tareas terapéuticas que puedan realizar los servicios de salud mental, hay todo un trabajo de habilitación y de rehabilitación sobre la persona enferm, que le ofrezca las herramientas necesarias para poder arreglarse adecuadamente ante las exigencias que las relaciones sociales requieren y a la vez ,un trabajo sobre la comunidad en general que permita abrir lugares de encuentro y establezca puentes de vinculación para hacer posible esta inserción.
La inserción social es parte importante en la mejora del paciente y en la mejora de su calidad de vida. La inserción social es responsabilidad de todos: sin la participación de todos juntos, pacientes, familiares, personal sanitario, personal de atención social, empresas, Administraciones, vecinos y amigos, ciudadanos en general, no es posible una inserción respetando sus plenos derechos como cualquier ciudadano.
Todos tenemos un papel a jugar: las Asociaciones de Familiares dando apoyo a las familias de los pacientes y reivindicando un lugar social; las Asociaciones ciudadanas de todo tipo, permitiendo la participación; las Administraciones ofreciendo oportunidades y promoviendo la reflexión sobre el trato a la diferencia; las empresas, ofreciendo igualdad de oportunidades; las Escuelas, educando en la solidaridad y el respeto; los ciudadanos en general, arrinconando los prejuicios y tendiendo la mano.
También tienen un papel importante los medios de comunicación en la no divulgación de enfoques discriminatorios que alimentan los mitos sobre la enfermedad mental, de la misma manera que el cine y la literatura también lo puede hacer.
Hay todo un abanico de posibilidades de participación, de lectura, de convivencia, de difusión, de compartir. Algunas de las cuales están expuestas aquí.